Comida veraniega

 

En verano, los perros también tienen menos ganas de comer y necesitan algunos cambios en sus hábitos de alimentación.

Si ofrecemos tres raciones diarias de comida al perro, podemos distribuirlas de modo que coma a primera hora de la mañana, un poco a mediodía y una tercera vez a última hora de la tarde, cuando el sol haya caído.

Aunque es muy probable que el mismo decida que solo come cuando el sol se esconda y la temperatura descienda.

Los perros no pueden romper a sudar, por lo que les resulta más complicado perder la cantidad de calor que necesitan, tener agua fresca disponible a todas horas es tan importante para los perros. 

El consejo es colocar agua en distintos sitios de la casa y cambiarla varias veces a lo largo del día, para que siempre esté fresca y apetecible para el amigo de cuatro patas.

Manzanas, peras y plátanos son algunas de las frutas que el perro sí come y que deben formar parte de su dieta este verano.

 Arándanos (son antioxidantes), Plátanos, Manzanas, Peras, Mangos, Papayas, Melones, Albaricoques, Ciruelas, Naranjas.

La fruta no debe sustituir a su dieta habitual: se trata, en todo caso, de un complemento y en pequeñas cantidades, todas deben estar libres de pipas y semillas antes de ofrecerlas.

Las uvas o las pasas pueden ser tóxicas, en grandes cantidades: dañan sus riñones.

Alrededor de un 70% del cuerpo del perro es agua. Sin embargo, el pienso seco del alimento diario habitual apenas contiene un 10% de humedad, una cantidad de agua muy inferior a la de las latas de comida húmeda para perros (cerca de ocho de cada diez gramos de este alimento es agua).

Los helados caseros son una forma sencilla y divertida de deleitar el paladar del animal en verano. Además, los helados para perros les ayuda a beber agua, mientras que se entretienen. Es posible hacerlos de frutas, con zumos congelados  y hasta de caldo de carne.


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